Cuando dejamos a nuestro bebé en una guardería, esperamos que esté bien cuidado, que se sienta seguro y que, poco a poco, se adapte al nuevo entorno. Sin embargo, en algunos casos, pueden aparecer señales que indican que algo no va del todo bien. En La Nube, creemos que el vínculo emocional, el acompañamiento respetuoso y la observación constante son claves para garantizar el bienestar de cada niño o niña. Por eso, la seño Jenny, con años de experiencia en la primera infancia, nos comparte cuáles son los principales signos de alarma que pueden indicar que tu bebé no está a gusto en su guardería.
1. Cambios en el sueño
Uno de los primeros indicadores de que un bebé está viviendo una situación incómoda o estresante es el desequilibrio en sus rutinas de sueño. Si antes dormía con normalidad y ahora presenta despertares frecuentes, se resiste a dormir o duerme muy poco, puede estar manifestando ansiedad acumulada o incomodidad emocional.
2. Inapetencia o rechazo a los alimentos
La alimentación es un reflejo directo del estado emocional. Si tu bebé deja de comer como lo hacía, se vuelve inapetente o rechaza alimentos que antes aceptaba con gusto, esto puede ser una señal de que no se siente del todo cómodo en su entorno de cuidado.
Según la seño Jenny, los bebés que no están a gusto en la guardería suelen mostrar este cambio rápidamente.
3. Rechazo a asistir
Un bebé no puede decir con palabras que no quiere ir a la guardería, pero sí lo expresa con su conducta. Si tu peque llora de forma intensa y prolongada al llegar, se aferra con fuerza a mamá o papá, o expresa angustia desde que se prepara para salir de casa, es importante observar si este comportamiento es pasajero o se mantiene en el tiempo.
💡 La ansiedad por separación es esperable en los primeros días, pero si no mejora con el tiempo y se intensifica, puede ser un signo de malestar real.
4. Cambios bruscos de humor o apatía
Otro signo claro es el cambio repentino en el estado de ánimo. Si tu bebé está más irritable de lo habitual, se muestra apático, con menos ganas de jugar o interactuar, o simplemente parece “apagado”, puede estar atravesando un proceso emocional difícil.
Según la experiencia de La Nube, cuando un niño está en un entorno que lo hace sentir seguro, su energía fluye, se muestra curioso y conectado con lo que lo rodea. La falta de esas señales debe alertarnos.
5. Búsqueda constante de apego en casa
Si al llegar a casa el bebé necesita estar todo el tiempo encima de mamá o papá, se irrita si lo dejamos solo o muestra una dependencia excesiva, podría estar compensando el malestar que experimenta durante el tiempo que pasa fuera del hogar.
Este comportamiento puede ser una reacción a una ansiedad de separación no bien gestionada o a un ambiente que no le genera confianza.
¿Qué hacer si detectas estas señales?
Antes de tomar una decisión, es importante:
- Observar con calma y sin alarmarse: algunos cambios pueden ser normales en procesos de adaptación.
- Hablar con los educadores: una buena guardería estará siempre dispuesta a escuchar, orientar y colaborar con la familia.
- Escuchar a tu instinto: si algo te hace ruido como madre o padre, probablemente valga la pena prestarle atención.
- Evaluar el vínculo: los bebés necesitan sentirse queridos, comprendidos y acompañados. El vínculo con las educadoras es clave.
En La Nube, el bienestar emocional es lo primero
En nuestra guardería, priorizamos el acompañamiento afectivo, el respeto a los tiempos individuales y el ambiente seguro y estimulante que cada bebé necesita para desarrollarse.
Nuestra experiencia nos ha enseñado que cuando un niño se siente bien, se nota: come, duerme, juega, sonríe y se conecta con los demás.



Y si algo no está funcionando, es nuestra responsabilidad detectarlo, acompañar a la familia y buscar soluciones que favorezcan siempre al niño.